Vencedores en Cristo | Predicas Cristianas Cortas

Predicas CristianasTexto clave: "Y sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien, esto es, a los que conforme a su propósito son llamados." Romanos 8:28

Introducción

Hay días en que la vida nos golpea con todo. Pierdes algo, alguien se va, o te encuentras luchando con pensamientos que no sabes ni cómo explicar. A veces uno trata de mantenerse firme, pero por dentro siente que se está cayendo en pedazos. ¿Te ha pasado?

Pero justo en esos momentos, la Palabra de Dios se levanta como una roca firme bajo nuestros pies. Pablo escribió Romanos 8 inspirado por el Espíritu Santo, y lo que nos dice no es un consuelo barato ni una frase bonita. Es una verdad poderosa que cambia la manera en que vemos nuestras luchas: Dios está con nosotros, y en Cristo somos más que vencedores.

Esto no es algo simbólico. Es real. Y si lo creemos, nos levantará aun cuando todo a nuestro alrededor diga lo contrario.

I. Dios transforma lo que nos hiere en algo que nos fortalece

"Y sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien…"  Romanos 8:28

Este versículo no dice que todo será fácil. Lo que afirma es que Dios puede tomar cada situación —incluso las más duras— y usarlas para bien. Él no solo remienda lo roto. Él lo usa para formar algo nuevo.

Pero este verso también tiene una condición: esto es para quienes aman a Dios. No es para quienes simplemente creen en Él. Es para quienes caminan con Él cada día. Cuando confiamos en su plan, incluso cuando no lo entendemos, podemos estar seguros de que nuestro dolor no será en vano.

¿Te acuerdas de José en Egipto? Sus hermanos lo vendieron. Lo encerraron. Lo olvidaron. Pero en Génesis 50:20 dijo: “Vosotros pensasteis mal contra mí, mas Dios lo encaminó a bien.” Así es como trabaja el Señor. Él ve más allá de lo que estamos viviendo ahora.

II. No estamos solos en la batalla: Dios está de nuestro lado

"¿Qué, pues, diremos a esto? Si Dios es por nosotros, ¿quién contra nosotros?"  Romanos 8:31

Pablo hace una pregunta que corta de raíz todo miedo: ¿quién puede vencernos si Dios mismo está con nosotros? No se trata de tener buena suerte ni de ser fuertes por cuenta propia. Se trata de saber quién camina a nuestro lado.

Esto no significa que no habrá problemas. Claro que los hay. Pero lo que cambia es que no peleamos solos. Cuando el Dios que creó los cielos y la tierra te defiende, no importa quién venga en tu contra. Puedes estar firme porque no estás en tus propias fuerzas.

Como dice Isaías 41:10: “No temas, porque yo estoy contigo; no desmayes, porque yo soy tu Dios que te esfuerzo; siempre te ayudaré, siempre te sustentaré.”

Y eso es lo que nos sostiene: la presencia de un Dios fiel que no abandona.

III. Somos más que vencedores en Cristo

"Antes, en todas estas cosas somos más que vencedores por medio de aquel que nos amó."  Romanos 8:37

Aquí no se está hablando de gente que no sufre. Pablo habla de personas que pasan por tribulación, angustia, persecución, hambre, peligro. Y aún así, dice que somos más que vencedores. ¿Cómo puede ser?

La palabra griega para “vencedores” aquí es hypernikaó (แฝ‘περνικฮฌω), y según la definición de Blue Letter Bible, significa: “superar completamente; obtener una victoria total, sin margen de derrota.” (Fuente: Blue Letter Bible – Strong’s G5245)

No solo sobrevivimos. Triunfamos con poder. No por lo que somos, sino por lo que Cristo hizo por nosotros en la cruz. Él venció al pecado. Venció la muerte. Y su victoria es ahora nuestra.

1 Juan 5:4 dice: “Porque todo lo que es nacido de Dios vence al mundo; y esta es la victoria que ha vencido al mundo, nuestra fe.”

Eso eres tú. Eso soy yo. En Cristo, ya no somos esclavos del miedo. Somos vencedores en Cristo.

Conclusión

No sé qué estás enfrentando ahora. Tal vez una pérdida, una carga, o un silencio que duele. Pero esto te lo puedo asegurar: el amor de Dios por ti no cambia, y su victoria sigue firme.

No hay tribulación, ni espada, ni enfermedad, ni temor que te pueda separar de ese amor. Estás del lado del Vencedor. Y eso cambia todo.

Levántate hoy con esa certeza. Dios no ha terminado contigo. Él sigue obrando en ti y por ti. En su amor, ya tienes la victoria.

© José R. Hernández. Todos los derechos reservados.

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